Qué nombre es ese, preguntas; dale la vuelta al nombre, ponle cuatro letras más y a lo mejor reconoces a quien no supiste amar. No pensarás que en mi historia nombres propios he de dar, mas bien sustituyo alguno; ahora ponte tu a pensar...
Alejandra Pizarnik
La mejor "hilada" de la más bella poesía
Salobreño suicida
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