
En un puño airado de rabia, sellado con lágrimas agrias,
guardo nuestro amor frustado de espinos con ortigales
el dolor sangra mi pena con sensaciones extrañas,
como si cuatro corceles cabalgaran sobre mi espalda.
Ando más cerca del suelo desde que el amor me falta,
mi tristeza encorva el pecho, mi corazón y mi alma.
Sentimientos de nostalgia perdidos bajo mi almohada
que incendian mi soledad en noches con llamaradas.
Mi impotente corazón bombea un desamor frustrado,
las mariposas se fueron y los cardos se instalaron.
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